miércoles, 24 de septiembre de 2008

La Independencia de EEUU








Las colonias inglesas en América del norte fueron las primeras del continente en conquistar su independencia.

La causa fundamental por la cual se inició la lucha por la independencia en los Estado Unidos se centró en el alza de los impuestos, sobre todo en el cuero, el té, y el tabaco, decretados por Inglaterra.

Esto produjo la inconformidad entre los colones, negándose a comprar artículos ingleses, iniciándose de esta forma la practica del contrabando.

Tres naves cargadas de té fueron asaltadas en Boston por colonos disfrazados de pieles rojas y su cargamento echado al agua. Inglaterra como represalia, declaró cerrado el comercio en el puerto de Boston, abolió el derecho de libre elección de los jueces y modificó la composición de su Cámara Alta.

Tras estas determinaciones, los representantes de cada una de las colonias en el norte de América, realizaron el Primer Congreso en un 5 de septiembre de 1774, formando como acuerdo la suspensión del comercio con Inglaterra.

En la continuación del movimiento libertario, el 4 de julio de 1776, se reunió el segundo congreso de Filadelfia, declarándose la Independencia y firmándose la Declaración de Principios, escrita por Thomas Jefferson.

Este Congreso, nombró como comandante del ejército al coronel George Washington, el que dirigió con gran astucia e inteligencia la larga lucha por la liberación, la que terminó con la Capitulación de Yorkton en 1781, estableciéndose la Paz definitiva por medio del Tratado de Versalles el 3 de septiembre de 1783.

Las consecuencias de la Independencia de los Estados Unidos, se pueden reflejar en la creación de un nuevo estado, cuya importancia fue cada vez más creciente, en el debilitamiento del poder colonial inglés y en el ejemplo que se da al resto de las colonias americanas que pronto inician la formación de sus respectivas repúblicas al establecerse su independencia de España.

A partir del reconocimiento de la independencia de los Estado Unidos por España, los criollos pudieron convertirse casi libremente en clientes de los marinos y comerciantes norteamericanos o “bostonenses”, como se les llamaba. Sus barcos, con el pretexto de hacer pesca de ballena o de someterse a reparaciones, frecuentaban los puertos y hacían un activo comercio de contrabando, con o sin la tolerancia de las autoridades. Sus tripulantes, por otro lado, estimulaban a los criollos a la insurrección que los conduciría a la órbita económica de los Estados Unidos.

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